17.-PADRE E HIJO.

 

 

 

 

 

Al conocer recientemente las declaraciones del diputado don Jorge Schaulson relativas a su alejamiento temporal de la política para dedicarse a la actividad privada, me viene a la memoria un hecho acaecido hace más de treinta años, cuando la entonces Escuela de Derecho de la Universidad de Chile celebró con especial realce sus cincuenta años de existencia.

La ocasión se prestaba para una celebración en grande ya que su director don Victorio Pescio Vargas había logrado el sueño de su vida, tener un gran edificio construido a todo lujo en donde ahora se alberga la Rectoría de la Universidad de Valparaíso, la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, la Escuela de Derecho, Edeval, la imprenta de la Universidad y mucho más.

Por entonces el edificio con su aula magna y con la radioestación era sede exclusivamente de la Escuela de Derecho y de la Escuela de Servicio Social, pero la administración correspondía solamente al Director de la Escuela de Derecho, quien ademas disponía de un considerable patrimonio independiente de la Universidad de Chile que le había permitido adquirir gimnasio, internados, bus propio y mantener importantes depósitos a plazo en los bancos de la ciudad.

Y todo esto, el señor Pescio lo había conseguido con un largo trabajo a nivel político, porque la Escuela de Derecho, de Valparaíso, había sido beneficiada largamente con diversas leyes o disposiciones especiales dictadas en su exclusivo beneficio que le habían permitido construir el gran edilicio que todavía tiene rastros de su esplendor pasado, y disponer de recursos que no soñaban con tener aún las mayores escuelas de derecho del país.

Don Victorio Pescio había logrado la adhesión a tal propósito, de varios parlamentarios de la región como don Luis Bossay Leiva y don Vasco Valdebenito y tambien de otros que representaban a diversas regiones del país como era el caso del padre de don Jorge Schaulson, el antiguo militante radical don Jacobo Schaulson,

Presidente de la Cámara de Diputados quien también servía, con brillo, una cátedra en la Escuela de Derecho de Santiago de la Universidad de Chile. Probablemente la doble condición de parlamentario y profesor de la misma Facultad de Derecho y ciencias Sociales de la Universidad de Chile a que pertenecía el señor Pescio lo llevaron a impulsar, con su personal prestigio, los proyectos en beneficio de la Escuela porteña.

Naturalmente, se invitó a la celebración del cincuentenario a todos los parlamentarios que habían hecho posible cristalizar las aspiraciones de la Escuela y también al gran acto de clausura en el Aula Magna, junto al público que la llenó completamente, entre el cual se contaba el autor de esta nota.

Todo funcionó muy bien hasta el discurso del Director de la Escuela don Victorio Pescio Vargas, profesional de amplia cultura, profesor y autor talentoso pero …. de carácter y actitudes, absolutamente impredecibles y quien ese día lo demostró a todo el auditorio cuando se lanzó en una áspera crítica a la clase política y los políticos, es decir en contra de aquéllos con cuya colaboración había podido realizar el gran proyecto de su vida.

El exabrupto totalmente inexlicable nos cogió a todos de sorpresa y llenó de justa indignación a los parlamentarios presentes en el acto, quienes, sin esperar siquiera la terminación del discurso, abandonaron la Sala encabezados por el Presidente de la Cámara de Diputados y padre del actual parlamentario del mismo apellido, don Jacobo Schaulson.

Me parece recordarlo en ese momento, saliendo a la cabeza de los parlamentarios irritados con lo que estimaron un injusto pago por sus desvelos en beneficio de la Escuela y de su Director, una absoluta falta de comprensión para la labor que realizaban poniendo en ella, seguramente, lo mejor de sus esfuerzos.

Hoy que el hijo de don Jacobo Schaulson abandona la política para retirarse a la vida privada, cabe preguntarse, ¿está actuando como su padre, sintiéndose injustamente maltratado por su propio partido o esta acción que va mucho más del abandono de un acto por importante que fuere, es el desencanto acerca de la política y de los políticos chilenos?

De lo que no cabe duda es que don Jorge Schaulson, parece tener el mismo temple de su padre y su misma entereza para demostrar su descontento frente a lo que estima un trato injusto.

Mario Alegría Alegría

Un pensamiento en “17.-PADRE E HIJO.

  1. Saludos:
    Me presento; soy estudiante de Derecho de la U.V. de quinto año y Ayudante alumno de la cátedra de Derecho Civil.
    Trabajo en el Grupo de Recuperación Patrimonial de dicha Escuela, el cual se encarga del rescate y recuperación de material histórico almacenado en las bodegas de nuestra Casa de estudios.
    Pra mí, sería muy interesante poder concertar una entrevista con ud. ya que se que fue Director de nuestra Escuela y, por ende, parte fundamental de la misma.

    Sin otro particular, y esperando pronta respuesta (a mi mail: camiloarancibia1@hotmail.com, se despide:

    Camilo Arancibia H.

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