Con el auxilio de los lectores

Reaparece la chica del 17

En un acto académico, hace algunos días, tuve el agrado de encontrarme con don Mario, un buen amigo de muchos años. Buen padre de familia, de importante ejercicio profesional, de aficiones plurales en materia cultural, don Mario es alguien singularísimo. Además, y hay que decirlo en estos tiempos ásperos y beligerantes, es persona extremadamente amable y convivencial. Para fortuna de este escribidor, entre las cosas que le interesan a don Mario están las crónicas que, quincenalmente, se entregan al diario; crónicas que suele comentar con don Sergio, otro buen lector, gran observador de la vida, antiguo vecino, todo un personaje que vive en una panorámica vivienda corno tantos porteños.

Don Mario y don Sergio leyeron la crónica que mencionaba a «La chica del 17», melodía que, al igual que «Valencia», «Por un beso de amor» y «Mañana por la mañana», sigue alegrando los oídos de los porteños a través de organilleros que, a pesar de las postmodernidades que nos amenazan por todas partes, continúan cumpliendo su noble función.

Gracias a clon Mario y a don Sergio pude obtener la letra completa de la canción. «La chica del 17» trata de una damisela «que se las trae», como se decía antaño. Aquí va la primera estrofa: «La chica del 17 de la plazuela del Tribu lete/ nos tiene con sus toiletes revuelta a la vecindad! la gente ya la critica/ pues hace tiempo que no se explica! a donde va la chica tan bien plantá…» Comentario: quizás la Plazuela del Tribulete es un lugar Madrid. Ello, a su vez, mueve a pensar que la canción, proviene de una zarzuela que, acaso, se dio en el Teatro Victoria de la avenida Pedro Montt. El que sabría todo esto, y nos aliviaría las dudas, era Alfredo González, burgués y bohemio, hombre de noche y poesía, siempre enterado, que compartía su amistad con el poeta Guillermo Quiñones, con Luis Ortés el librero, con Arturo Alcayaga, que solía definirse como «médico domiciliario, vegetariano compensado y barrabás universal».

Volviendo a la canción: el texto comenta el revuelo que la damisela está provocando en su barrio, dando que pensar… De ahí que los vecirios, especialmente las vecinas, se pregunten «.Dónde se mete la chica del 17/ de donde saca pa tanto corno destaca! pero ella dice, al verlas en ese plan: la que quiera coger peces que se acuerde del refrán».

Para los curiosos, el texto entrega una descripción pormenorizada: «La chica del 17 lleva zapatos de tafilete! sombrero de gran copete y abrigo de pedigrí,! los guantes de cabritilla! medias de seda con espinilla! viste la chiquilla como en París».

Lástima no poder ponerle música al artículo. Cuando las cosas se modernicen volveré en otra crónica sobre el tema, y los sorprenderé con una aplaudida interpretación lírica que ha sido muy aplaudida (por mis hijas cuando eran pequeñas). La letra pide las notas ágiles, alegres, frívolas y sobre todo entusiastas de la melodía. Gracias don Marjo y don Sergio, destacados porteños, por el rescate de una canción que, originaria de la Madre Patria, forma parte de la larga, profunda y siempre novelesca historia del Puerto.

 

Publicado en el domingo 7 de septiembre 2008 en El Mercurio de Valparaíso

por Antonio Pedrals

 

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