23. ¿QUERRIAN ESPECULAR LOS JUBILADOS? 

Leemos entre las noticias económicas recientes que el Ministro del Trabajo subrogante don Patricio Tombolini se muestra conforme con el comportamiento de la rentabilidad de las inversiones de las AFP, porque, en promedio, obtuvieron tasas del 12% anual desde la fecha en que se establecieron esas instituciones en nuestro país, aunque reconoce que en 1995 tuvieron una rentabilidad negativa, (léase pérdida) del 2% de sus activos, que en 1996 remontaron para lograr un modesto 3,5% y que para el año en curso se proyecta un guarismo del 6 ó 7%.

Al mismo tiempo nos imponemos de que las concesiones viales adjudicadas a empresas extranjeras consideraron niveles de rentabilidad en torno al 9% y casi a renglón seguido, de que los ejecutivos de varias de las AFP que operan en Chile han expresado que no les interesa financiar este tipo de obras, «aunque han seguido atentamente el proceso» porque «la rentabilidad que se maneja no es atractiva».

El gerente de inversiones de una de las más importantes AFP de nuestro país puntualiza que «los descuentos propios de la operación» disminuyen la rentabilidad real al 7,5% y 6,5%. No entendemos muy bien qué significan los descuentos de la operación, aunque debemos suponer que es el costo de la gestión administrativa, que ya sabemos que, confiada a una AFP, no es precisamente barata.

Pero, lo cierto es que, mientras los capitales extranjeros, de un país como México, que hasta un año atrás arrastraba una economía casi colapsada, hoy invierten en Chile, las AFP chilenas buscan inversiones más estables pero menos rentables en el exterior o inversiones especulativas en Chile.

En efecto, ¿quién podría asegurar con un margen razonable de seguridad que la inversión en valores bursátiles en Chile va a tener siquiera la misma rentabilidad que la inversión en obras de infraestructura?

¿No aprendieron las AFP la lección de 1995 y siguen pensando que Chile no es una economía «madura» para la inversión bursátil y que las acciones tienen todavía una relación precio-utilidad que les permitirá crecer el 12% real al año? Sujetos muchos de nuestros valores accionarios a los vaivenes de la bolsa de Nueva York y a las cotizaciones de los ADR, ¿puede pensarse que siga siendo más rentable y, sobre todo, más segura una inversión en «papeles¨ y no en puentes, caminos y puertos que el país necesita?

Creemos que, si en los directorios de las AFP tuvieran representación los cotizantes, se privilegiarían muchas de las inversiones que hoy desdeñan sus analistas que ya se equivocaron en 1994 y que aún recomiendan inversiones más rentables en el papel, pero que resultaron ruinosas para los cotizantes y jubilados que vieron disminuir sus pensiones de vejez en términos nominales y reales en 1997, como consecuencia de los «aciertos» de quienes invirtieron en su nombre.

Sabemos que Chile necesita inversiones por más de 20.000 millones de dólares en infraestructura en los próximos años y que una parte muy importante de esa suma debieran aportarla los privados a través de una licitación de parte de esas obras. Esa cuota la coparían fácilmente las AFP nacionales, dando trabajo no solamente a obreros y técnicos chilenos sino a profesionales de alto nivel y a ejecutivos cuyos sueldos se gastarían en Chile, así como las utilidades que no emigrarían al exterior para aumentar nuestro déficit de cuenta corriente, sino que permanecerían para ser reinvertidas en el desarrollo nacional creando nuevos empleos y entregando mayores recursos al estado a través de la tributación.

Entendemos que a determinadas empresas les convenga invertir sus excedentes en otros países cuando se trata por ejemplo, de cadenas de distribución que no quieran ampliar su rubro sino utilizar su «know how», como los supermercados chilenos que siguen multiplicando sus tiendas en Perú y Argentina. Si Santa Isabel posee ahora 11 de los 78 supermercados en Lima y si entre sus planes se cuenta instalarse junto a  Ripley en un gran «mall» en el barrio alto de la capital peruana, en Monterrico, es porque su propio giro en nuestro país se encuentra saturado.

Pero distinta es la situación de las AFP que en sus inversiones debieran conjugar el interés de los cotizantes con el interés nacional porque los jubilados de hoy y los que jubilen mañana vivirán mejor o peor según sea la condición general de la economía del país. Por eso la visión de las AFP debiera trascender la inmediatez que privilegian sus directores y ejecutivos, en beneficio de logros a más largo plazo, tan largos como la vida activa y pasiva de las personas y teniendo en cuenta lo que  ellos quisieran y no lo que quieren sus administradores en busca de logros a corto plazo y de los incentivos económicos personales que generalmente conllevan.

Gobierno y Parlamento debieran legislar para que en la composición de los directorios de las AFP se incluyera a cotizantes del sistema para permitir que en sus inversiones se privilegien las que beneficiarán el desarollo futuro del país como parte del bienestar de los cotizantes y no aquellas basadas en la especulación y en el marketing de sus propios ejecutivos.

                                                                                                Mario Alegría Alegría

Publicado en el diario el Mercurio de Valparaíso el 6 de junio de 1997.

 

Mario Alegría Alegría

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